domingo, 28 de septiembre de 2008

Damián Grosso


Un jugador que (para mi) pudo llegar a mucho y se quedo con poco. En toda su carrera, contó con jugar en equipos recién ascendidos que al otro año descendían, un firme pero no invencible arco defendido en Quilmes y un reconocible paso por el fútbol mexicano. Comenzó en Ferro para luego pasar a Almagro (sin mucho reconocimiento) en donde estuvo 4 largos años. Viajo a México para sumarse al Atlante, pero al año se fue del club y quedo toda la mitad del 2002 libre. En 2003 agarró el Veracruz, pero al año pego la vuelta a Argentina, más especifico, a Instituto de Córdoba. Se trepo a la fama al pasar a Quilmes, en donde, a pesar de que descendió, tuvo un solidó torneo, hasta lesionarse y ser suplantado por el flojísimo Luciano Palos. Tras desvincularse a última hora de “El Cervecero”, paso a Talleres de Córdoba, pero, por motivos que se desconocen, dejo el club antes de debutar. Fue así como estuvo 6 meses libre buscando club, hasta recibir una oferta de Ferro en donde hoy no juega muy seguido, ya pensando en un posible retiro.

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